Reutilizar áridos reciclados
Nota de investigación realizada por IAS ( Instituto de arquitectura sustentable CAPC)
Para utilizar escombros de residuos de construcción y demolición, se debe separar y seleccionar sus componentes. Estos residuos pueden ser: Peligrosos si contienen componentes perjudiciales para la salud o el medio ambiente, como envases, pinturas, barnices, adhesivos, químicos, aceites , combustibles; maderas tratadas con productos tóxicos, siliconas, selladores, tubos fluorescentes, baterías, cubiertas, tabiques con fibras de amianto; etcétera. También pueden ser Inertes si no presentan ningún riesgo de contaminación de aguas y suelos como escombros limpios, ladrillos, tejas, cerámicos y hormigón endurecido. Por último, el grupo de componentes no peligrosos que pueden ser tratados o almacenados como residuos domésticos, como los metales, madera, papel, cartón, Plásticos, yeso, vidrios, etcétera. La reutilización de estos desechos se puede obtener de los materiales extraídos durante la excavación, demolición o construcción. Estos reciclados implican, en primer lugar, su recolección y a partir de ahí son transformados en nuevos materiales que pueden ser comercializados y utilizados como materia prima para otras construcciones y usos industriales.
Economía circular
Continuando con la tarea de concientizar a los profesionales acerca de distintas opciones para la reducción de la contaminación global, el IAS (Instituto de Arquitectura Sustentable) Entrevistó a los responsables de la empresa La Escombrera, especializada en retiro y procesamiento de residuos de hormigón para su reciclado y su reutilización como árido para la construcción, quien asesoró al instituto sobre su experiencia sobre la temática de economía circular que ellos aplican en la construcción.
Los residuos de construcción y demolición son los generados por las actividades de construcción, remodelación, rehabilitación, reforma, demolición y mantenimiento de edificios o infraestructuras en general. Entre dichos residuos se pueden encontrar tierras y áridos mezclados, restos de hormigón, ladrillos, vidrios, restos de pavimentos asfálticos, plásticos, yesos, maderas y otros desechos (algunos peligrosos como latas de pinturas y asbestos). El transporte de estos residuos se realiza de manera formal o informal y lo mismo su disposición final (escombrera municipal, basurales a cielo abierto, Piedras Blancas, excanteras). Se estima, aunque es difícil contabilizarlos por la disposición informal, que la ciudad de Córdoba genera entre 200 y 400 mil toneladas/año de residuos de construcción y demolición (RCD). Una adecuada gestión de los residuos en obra debería incluir la minimización y selección en origen, la valorización y el transporte seguro a sitios de disposición autorizados y así evitar los impactos ambientales negativos.
Alternativas de aplicaciones de áridos reciclados
Entendemos como árido o agregado al “material granular resultante de la desintegración natural y desgastes de las rocas, o que se obtiene mediante la trituración de ellas…” (Norma IRAM 1569). Y, por otro lado, el árido o agregado reciclado se define al material granular que proviene de la fracción inerte de los residuos de construcción y demolición (RCD). Es necesario una selección de los RCD para eliminar materiales no aptos para ser utilizados como agregados de morteros y hormigones. Las posibles aplicaciones de los agregados reciclados dependen de las características del residuo. Un residuo árido no homogéneo derivado de las diferentes etapas del proceso constructivo: ladrillos, bloques cerámicos, restos de mortero, entre otros, su campo de aplicación es más limitado, en usos que no tengan altas exigencias de resistencias como rellenos, contrapisos, pavimentos de bajo tránsito, entre otros. En cambio, si hablamos de un árido homogéneo como el proveniente de residuos de hormigón de pavimento o sobrantes de hormigón elaborado, posee mayores alternativas de reciclaje y de aplicaciones.
Incentivos para el reciclaje de RCD y normativas para su aplicación
Existe la necesidad de normativas, reglamentaciones y controles para incentivar el aprovechamiento de los residuos de construcción y demolición (RCD) en el país. Una herramienta que posibilita el uso de agregados gruesos reciclados está especificada en la Norma IRAM 1531 (2022) “Agregado grueso para hormigón de cemento”. Menciona al agregado grueso reciclado proveniente de residuos de hormigón: demolición de obras de hormigón, trituración en planta de elementos prefabricados, trituración de restos de hormigón elaborado endurecido, recuperados por lavado de los restos de hormigón fresco elaborado con agregados mixtos.
El contenido máximo de agregado grueso reciclado en el agregado grueso mixto debe ser del 20,0 % medido en masa sobre el contenido total del material. El uso de los agregados gruesos mixtos es aplicable a la elaboración de hormigones en masa o armados, de clase H30, H21 o menor según las condiciones de exposición que se detallan en la norma.
De acuerdo con la experiencia local o internacional con la anterior limitación en el contenido parcial de agregado grueso reciclado en el agregado grueso mixto, las propiedades de los hormigones elaborados no se ven significativamente afectadas respecto a los hormigones que emplean íntegramente agregados de origen natural. Con esta norma se brinda la posibilidad a las plantas elaboradoras de hormigón de incorporar agregados reciclados en reemplazo de recursos naturales no renovables y permite minimizar los acopios y transporte con sus respectivos impactos ambientales.
Reciclaje de residuos de hormigón y áridos reciclados, en la Ciudad de Córdoba
La empresa La Escombrera brinda el servicio de retiro, procesamiento de residuos de hormigón endurecido y posterior venta como árido reciclado. La planta de procesamiento está ubicada en la zona este de la ciudad de Córdoba, en las cercanías de la Autopista Córdoba-Rosario. Actualmente, el principal insumo de la empresa se origina en las plantas elaboradoras de hormigón. Son residuos de los sobrantes de hormigón elaborado que se producen por la no recepción en obra y son devueltos a la planta hormigonera. Estos residuos tienen la dificultad de tratarse in situ por su volumen y peso. La empresa retira este material limpio (sin restos de otros materiales que puedan contaminar el hormigón) para ser tratados posteriormente en su planta. Cuando llega el material al predio, se lo inspecciona y se determina si es necesario, previo al procesamiento en trituradora, demolerlo en piezas más pequeñas con martillo para permitir que ingresen en la tolva de la trituradora.
La capacidad productiva de la planta está dada por la trituradora y es de hasta 120 m3 de áridos reciclados por día. El producto que se obtiene es un agregado reciclado 0-20, que reemplaza al 0-20 de agregados de origen natural. Sus usos son similares, como subbases de estructuras y pavimentos para brindar un suelo de aporte. El precio que se ofrece el producto es casi un 40 % más económico que el material 0-20 convencional. Esto les brinda la posibilidad a los profesionales de incorporar a sus obras un producto reciclado, evitando la extracción de recursos naturales no renovables. Si las condiciones de mercado se vuelven favorables debido a la alta demanda de los profesionales de la construcción, La Escombrera, tiene la posibilidad de ampliar su oferta de productos a otras granulometrías de áridos que reemplacen otros materiales, como la arena gruesa, por ejemplo. La empresa y los profesionales que utilizan éstos áridos han desarrollado ensayos de desempeño que les motiva incorporar el material en sus obras, pero si la demanda es creciente posibilita el estudio exhaustivo para ampliar las aplicaciones.
Si entendemos que la industria de la construcción es la responsable del 40% de la contaminación global, es sumamente necesario que hagamos nuestro aporte como profesionales incentivando a nuestros clientes a utilizar estos agregados reciclados. De esta manera, disminuiremos considerablemente las extracciones de áridos que, literalmente, hacen desaparecer montañas de nuestras zonas serranas, y así podamos disminuir los altísimos costos de impacto ambiental donde lo extraído jamás será recuperado, quedando verdaderas vacancias en nuestro paisaje.